Brooke Rosenbauer es Trainer Nacional Les Mills en USA y es una persona muy alegre, a la que le encanta el fitness y pasar tiempo con sus amigos. Pero cuando la vida la ha puesto a prueba, ha demostrado también ser una luchadora que no se rinde ante nada. Ahora, Brooke quiere compartir su historia y sus secretos para alcanzar el éxito, con la esperanza de poder ayudar a aquellas personas que siguen luchando cada día.

 

Esta no es la típica historia de “Cómo el fitness cambió mi vida” ya que Brooke Rosebauer, nuestra protagonista, practicó deporte al más alto nivel desde niña. Su juventud se dividió entre el fútbol, el esquí alpino de competición y el ultimate frisbee.

El deporte es su vida, y su vocación la ha llevado a cursar estudios de Salud, liderar programas de desarrollo juvenil basados en el deporte, convertirse en entrenadora personal, crecer profesionalmente en una compañía como Reebok y acumular muchas horas como instructora de diferentes actividades de fitness en grupo.

 

 

Puede sonar a la típica carrera de una loca del fitness, pero la historia de Brooke se aparta de lo común por dos acontecimientos cruciales que marcaron su vida.

Apenas cumplidos los veinte, Brooke sufrió un traumático accidente de coche durante sus vacaciones. Tuvo que pasar diez días hospitalizada en Ecuador hasta que fue transferida a un hospital de Estados Unidos, su país natal. Postrada en la cama durante meses, tardó mucho tiempo en aprender a caminar de nuevo.

Hace tan solo un año, y estando de viaje en Grecia, Brooke sufrió una embolia pulmonar. Esta vez, pasó un mes hospitalizada antes de poder regresar a Estados Unidos. Una vez más, debía recuperar su salud y recobrar la forma física partiendo de cero.

Brooke nos cuenta cómo vivió ambos episodios y de qué manera estas experiencias han transformado su relación con el fitness. 

 

La clave es poner las cosas en perspectiva

Pasar por una experiencia traumática que amenaza tu salud o incluso tu vida, te hace relativizar las cosas. De repente, te das cuenta de que sin salud, el resto no importa, ya que la salud es la verdadera riqueza.

A raíz del accidente, ya no me importaba tanto estar en plena forma o lo favorecida que salía en las fotos. Mi preocupación principal pasó a ser cuidar de mi cuerpo. Si ahora levanto pesas, es para sentirme empoderada; y si corro, es para sentirme libre. Si tengo un poco de barriga, ya no me afecta como antes, porque mis prioridades ahora son otras. Me planteo las cosas a largo plazo y respeto a mi cuerpo mucho más que antes.

Cuando sufrí la embolia pulmonar, las enfermeras me contaron que sobreviví gracias a mi buena forma física, pero la verdad es que tengo la sensación de que en los últimos años he castigado demasiado a mi cuerpo, exigiéndome siempre el máximo en cada entreno. Pero se acabó: ahora quiero disfrutar de mi cuerpo tal y como es.

El ejercicio físico contribuye a liberar ansiedad y emociones que muchas veces no somos capaces de verbalizar.

Después de lo que he vivido, me he dado cuenta que el deporte puede ser también una maravillosa forma de reconectar con nuestro cuerpo y de retomar el control de nuestra vida. El fitness contribuye a liberar ansiedad y emociones que muchas veces no somos capaces de verbalizar. Entrenar es una manera saludable y fantástica de cuidarnos. 

 

 

No pasa nada si a veces te sientes vacío, sin fuerzas y vulnerable. Es algo que nos ocurre a todos.

Me he dado cuenta que los seres humanos somos capaces de sentir muchas emociones al mismo tiempo. Uno puede estar asustado pero a la vez tener determinación; sentirse vulnerable y de buen humor o sentirse débil pero confiar en uno mismo. Antes, solía sentirme muy vulnerable al comparar mis nuevas habilidades con mi yo del pasado. 

Aún hay días en los que me siento sin fuerzas. Todos tenemos días así. Entrenar ha jugado un papel fundamental en mi recuperación, ya que me permite reconectar con mi cuerpo, me ayuda a no hundirme cuando la emoción me desborda y me ha rodeado de gente fantástica que me apoya. Siento que formo parte de una comunidad que me acepta tal y como soy.

El amor por uno mismo es la base de nuestro bienestar

Cuando aprendemos a querernos, también aprendemos a cuidar de nuestro cuerpo; y en ese momento, entrenar deja de ser un suplicio o un castigo para convertirse en una actividad placentera.

Si insisto tanto en la importancia de querernos, es porque no podemos enfocar la práctica del deporte como una simple forma de llenar nuestro vacío existencial. Entrenar así puede convertirse en una actividad estresante y potencialmente nociva. ¿Verdad que el poder puede utilizarse de forma constructiva, pero también para hacer el mal? Pues con el ejercicio físico ocurre lo mismo. 

Cuando la voluntad de entrenar nace del bienestar emocional, sus beneficios se multiplican.

 

 

La causa de un trauma no es siempre un accidente grave

Las experiencias traumáticas ocurren más a menudo de lo que creemos. A medida que crecemos, acumulamos experiencias que moldean nuestra percepción sobre lo que somos capaces de hacer. Si de pequeño lo pasabas mal en clase de Educación Física o se reían de ti por ser el “gordito” de la clase, es probable que tu relación con el ejercicio físico sea complicada.

Si al entrenar lo pasas mal, puede que te hayas planteado metas poco realistas. Mucha gente busca sus metas en Google, pero pueden llevar al fracaso si no tenemos las condiciones necesarias para alcanzarlas. Construir un estilo de vida saludable puede parecer una misión casi imposible. Hay muchísima información ahí afuera y no es fácil discernir lo que es más adecuado para nosotros sin la ayuda de un profesional.

Si no nos marcamos objetivos realistas, sentiremos que fracasamos una y otra vez.

 

Buscar la ayuda de un profesional puede ser una gran inversión

Sea cual sea tu nivel de fitness, acudir a un profesional que sepa motivarte siempre es una buena idea. Un coach abordará las cuestiones importantes de tu vida mediante preguntas, y te ayudará a entender que algunos sacrificios extremos no tienen sentido, lo que puede resultar muy liberador. Considero que la mayor diferencia entre un coach y un instructor es la calidad de la conversación que puede mantener.

Aunque los instructores podemos enseñar a realizar correctamente los ejercicios y sabemos muy bien cómo motivar, un buen coach te ayudará encontrar nuevas formas de llegar a tus metas y acompañarte por ese camino lleno de baches que es la vida. Un coach sabrá cómo animarte, pero no olvides que la mayor motivación siempre nace de tu interior.

 

Los 4 secretos de Brooke para alcanzar el éxito

  • Quererse es la clave del bienestar. Respeta tu vida y cuida tu cuerpo.
  • No dudes en buscar ayuda profesional siempre que lo necesites, y no solo como último recurso.
  • Convierte el dolor en energía. Piensa siempre en lo que ganas y no en lo que sacrificas.
  • Celebra las pequeñas victorias.

 

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